13. Patrones y diagramas

Pieza de mármol (Granada)
Pieza de mármol (Granada) © Antonio Juárez, 2006

Es necesario asomarse detrás de las imágenes de las cosas y hacer el ejercicio de extraer de ellas un esquema gráfico o diagrama, pues esto nos permite entender sus leyes con más claridad.

Es ésta una tarea de la mirada, pero también de la mano, pues no pocas veces es posible sin el dibujo. El ojo y la mente trabajan en planos complementarios, no siempre coincidentes, a partir de las imágenes que obtenemos de la percepción. Ir a lo profundo de las cosas es una actividad que apela a las razones de la configuración material de lo visible, que obedece a leyes de agregación, repetición, superposición, alteración o variación.

Cecil Balmond alude a esta secuencia ‘imagen-boceto-diagrama’ en su cuestionamiento sobre las bases que constituyen el mundo material y la estructura de los objetos:

“Cuando terminé mi último libro ‘informal’ estuve paseando por el campo y visité algunos lugares extraños (hasta incluso el jardín de mi casa) como parte de un proceso de recuperación del que fui tomando notas con ayuda de mi cámara. También dibujaba cuando podía algo de los patrones internos de lo que veía. Surgió la idea de superponer un boceto abstracto con la imagen literal de aquello que veía. Comencé con un tronco. El más pequeño trazo, incluso un motivo repetido dentro de un dibujo, dio lugar en la mente a un patrón. Tomé nota: sería suficiente con que supiéramos cómo mirar a las cosas, no sólo a un paisaje y su detalle, sino introduciéndonos en los mantras de la geometría y de los números que ayudan a estructurar y a organizar. Este libro trata de abrazar todo ese mundo, artificial y natural, mezcla de ficción y realidad. Esto es difícil de definir pero tiene que ver con la idea de patrón, que conecta el ojo con la mente. Y el lector es invitado a ir más a lo profundo, haciendo especulaciones y observaciones que enriquezcan al Elemento. El punto y el trazo más pequeños comienzan un viaje.

[…]

La cuestión es “¿A qué estamos mirando?”. Sobre la superficie, los colores y las formas que me rodean aflora otra imagen, desdibujada, que pierde detalle si continúo mirando fijamente. Sólo permanecen ciertas cualidades que dan carácter, como ciertas sombras en un rostro o brillos en un ojo. Si miro durante más tiempo el foco se pierde, como si la imagen de la retina no pudiera durar y, sorprendentemente, otras formas emergen. Un ojo interno entra en marcha y el espíritu que está detrás del cuerpo empieza a funcionar. La imagen es la primera puerta, pero el boceto me lleva a un segundo lugar o personaje. Más allá de esta cualidad más profunda sólo se capta un diagrama, que es más un concepto de las cosas que las cosas mismas. Pero a través de esta tercera puerta el ojo de la mente se ilumina con lecturas abstractas. Algo más resucita, abriéndose a emociones y recuerdos. Cuando la palabra y la línea cesan hay sentimientos viscerales que hacen de las formas tras las apariencias algo alucinatorio y poético.”(1)

 

(1) CECIL BALMOND, Element, Prestel Publishing, New York, 2007. Traducción de Antonio Juárez.

 

 

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