7. Nube

Garabato (fragmento de Cy Tombly, N.Y.)
Garabato (fragmento de Cy Tombly, N.Y.) © Antonio Juárez, 2008

Las ideas, como los procesos y los proyectos de arquitectura, nacen como algo informe, indefinido, errático, borroso. La nube es el emblema de lo impreciso, y nos fascina en su progresivo discurrir, en sus evanescentes metamorfosis. El dibujo en el proyecto  atraviesa caminos zigzagueantes y sinuosos, meandros invisibles entre orillas inciertas. Las cosas y los procesos tienen en el pensar y en el hacer un momento de indefinición, un estadio matriz en el que germinan lentamente. Ver figuras en las nubes es un juego conocido, pero existe también el contrario: ver nubes en las cosas. Se trata de un ejercicio nada banal, pues lo recuerda Leonardo en su Teoría de la Pintura. En cada proceso es importante aceptar sus propias leyes, pese a nuestra pretensión de exactitud, frente a nuestra impaciencia de saber. El lento transcurrir de las formas es una ley de todo proceso vital. Quizás Borges tenga razón cuando, fascinado por el enigma de las formas, nos sugiere que todo es una nube:

No habrá una sola cosa que no sea
una nube. Lo son las catedrales
de vasta piedra y bíblicos cristales
que el tiempo allanará. Lo es la Odisea,
que cambia como el mar. Algo muy distinto
cada vez que la abrimos. El reflejo
de tu cara ya es otro en el espejo
y el día es un dudoso laberinto.

Somos los que se van. La numerosa
nube que se deshace en el poniente
es nuestra imagen. Incesantemente
la rosa se convierte en otra rosa.
Eres nube, eres mar, eres olvido.
Eres también aquello que has perdido.

[…]

Por el aire andan plácidas montañas
o cordilleras trágicas de sombra
que oscurecen el día. Se las nombra
nubes. Las formas suelen ser extrañas.
Shakespeare observó una. Parecía
un dragón. Esa nube de una tarde
en su palabra resplandece y arde
y la seguimos viendo todavía.
¿Qué son las nubes? ¿Una arquitectura
del azar? Quizá Dios las necesita
para la ejecución de Su infinita
obra y son hilos de la trama oscura.
Quizá la nube sea no menos vana
que el hombre que la mira en la mañana.
(1)

(1) Jorge Luis Borges, Nubes, en Obra Poética 1923-1985, Emecé Editores, Buenos Aires, 1989, págs. 673-674.

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